El campeonato mundial de Futbol a comenzado y millones de personas siguen a los equipos que compiten; sea de su país, o en caso de no estar clasificada la selección del mismo escogen por quien hinchar; algunos se tornan fanáticos y son capaces hasta de discutir con otros por una jugada, o por un equipo; otras personas en cambio miran o escuchan los partidos pero sin fanatizarse; pero hay millones de humanos que no tienen posibilidades ni de ver ni de escuchar, porque no cuentan con recursos técnicos, o económicos; o porque no disponen de tiempo libre y en el horario que se juega, se trabaja.
Pero más allá de todas estas cuestiones hay millones de personas, especialmente mujeres que no les gusta el futbol y saben que durante un mes el televisor de sus casas, la radio, o Internet estará enfocada, si hay hombres y mujeres que si disfrutan de esta pasión en la sintonía de los partidos, horas y horas escuchando como once jugadores multimillonarios, un técnico que gana fortuna de sueldo y algunos jugadores suplentes que también esperan entrar para vivir su momento de gloria, están allí, en esas pantallas o estadios repletos de publico.
Son estas personas que en este largo mes de futbol serán poco tenidas en cuenta, sus charlas referidas a otros temas no generaran interés; y sufrirán en silencio ante la misión imposible de generar un dialogo fluido sin ser interrumpidos por un comentario sobre deporte o un ¡¡¡Después hablamos, ahora juega mi equipo favorito!!!
Pero que hacer si estamos entre el grupo que no le interesa demasiado este deporte, pero a su gente si… La Biblia puede orientarnos, ella nos aconseja en lo posible acompañar el deseo de los demás amistosamente, aunque no participemos ni miremos los partidos, si podemos entender desde el corazón a los que si les interesa.
El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.
(Proverbios 27:9)
Ahora que sucede si alguno se enoja con nosotros por no estar dispuestos a vivir un mes pendientes de un mundial que en realidad no aportara nada a nuestra calidad de vida, más allá de entretenernos, o contentarnos mientras afuera de casa la inflación sigue afectando nuestros ingresos y los gobiernos aprovechan para aplicar ajustes mientras estamos distraídos.
Pues, conserven la calma; como Cristianos obraremos como lo pide el Padre Celestial en su palabra.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.
Mateo 5:44
No porque ellos se lo merezcan sino porque nuestro testimonio movilizara en este mes la fe de muchas personas, que desean conocer el verdadero propósito de la vida, para vivir por algo que sea superior a sí mismo, y escuchar la voz del Salvador, diciendo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida…” (Juan 14:6)
Autor Omar Salgado
Evangelista de Misión Nueva Vida
Credito Imagen de iqbal nuril anwar en Pixabay
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